El 12 de marzo
de 1774, el Papa Clemente XIV concedió licencia a doña Ana Celerina de Castro,
para tener un oratorio privado en su residencia, ubicada en la calle Bolívar de
Barcelona. También otorgó autorización para que todos los días fuera oficiada
una misa por cualquier sacerdote de la parroquia. La capilla había sido
construida con paredes decentes y adornadas con todos los ornamentos y vasos
sagrados necesarios para oficiar la misa. Era obligatorio que los oficios
religiosos fueran ofrendados a las almas de los parientes de doña Ana Celerina
hasta el cuarto grado de consanguinidad.
Para que se cumpliera con la
dispensa papal, se designó al Presbítero Fernando del Bastardo y Loayza, párroco
de Barcelona para su supervisión constante. La bendición oficial de esta
capilla se realizó el 6 de abril de 1775, y al día siguiente, 7 de abril se
celebró la primera misa en honor a la Virgen de Los Dolores, patrona de dicho
oratorio y Santa Celerina.
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