martes, 27 de abril de 2010

La cruz del perdón


En 1856, Barcelona sufre el terrible flagelo de la cólera morbo. Ante la gran de muertes, el departamento Gregoriano y las autoridades del cabildo departamental mandan a cavar fosas comunes para sepultar los cadáveres.

Este hecho conmueve al padre Olegario Planas, párroco de la iglesia de San Cristóbal, quien organiza una peregrinación, llevando una cruz acuesta, la cual es bautizada como la cruz del perdón. Allí ocurre el primer milagro. Una mujer que había contraído el terrible mal murió siendo sepultada al pie de la cruz del perdón. Luego ocurrió el milagro. Recuperó la vida. Desde ese momento el madero fue bautizado como la cruz de los coléricos.

Hombres y Mujeres de la Antigua Provincia de Barcelona

En la época de la independencia, la mujer barcelonesa mostró la mayor gallardía para ofrendar sus vidas en aras de la libertad. En 1894, el escritor Manuel Landaeta Rosales, publica su obra Hombres y Mujeres de la Antigua Provincia de Barcelona, donde da muestra de ese sacrificio. Entre ellas, doña María Ledezma, ahogada en la embocadura del rio Neverí, en la fuga de las familias patriotas al aproximarse Boves a Barcelona en 1814. También se conoce la historia de Carmen Mercié inmolada por el cruel Pedro Rondón, conocido como Maruto, lugarteniente de José Tomás Boves, quien la asesinara sobre el altar el Carmen de la Iglesia Parroquial de Barcelona, ese mismo año.

Teatro Cagigal

El 3 de febrero de 1895, en la celebración del centenario del Gran Mariscal de Ayacucho, es inaugurado el teatro Cagigal por el presidente del Gran Estado Bermúdez, General Nicolás Rolando.

Para el estreno de sus modernas instalaciones, llegó de Caracas la Gran Compañía de Dramas, Operetas y Zarzuelas, bajo la dirección de Emma Soler. El primer número del gran acto inaugural fue presentada la Banda Marcial de Barcelona ejecutando una marcha en homenaje al ilustre matemático Juan Manuel Cagigal, compuesta por el profesor Carlos Guindo Gómez, posteriormente el poeta Celestino González Ortiz recitó el monologo En el mar. Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Antonio Valencia en representación de la colonia hebrea, decano de los cónsules residentes en nuestra ciudad capital.

Matías Núñez

Ductor de dos generaciones, el profesor Matías Núñez se distinguió con un de los maestros de mayor relieve en la Barcelona de principios del siglo 20. Proveniente de Cumaná, estado Sucre, el maestro Núñez fundó en 1908 en Barcelona el Colegio de Varones.

Con una mensualidad de 15 pesos daba albergue a sus alumnos en su propia residencia, cuando provenían del interior del estado y a los pobres de la ciudad, si faltaban a clases se trasladaba a sus propias casas sin cobrar ni un centavo. También cumplió labores docentes en el Colegio Federal de Varones de Barcelona, conocido hoy como liceo Cajigal.

Fallece el 15 de mayo de 1931 por su avanzada edad. Hoy sus restos reposan en el cementerio de Barcelona para veneración de muchas generaciones.

Sandalio Gómez

La educación impartida en Barcelona durante el siglo 19, está identificada con insignes maestros que se ganaron un sitio en la historia. Entre los precursores de la enseñanza se encuentran Sandalio Gómez y Manuel Camineros, quienes entre los años 1811 y 1829, regentaban dos escuelas privadas, las cuales apenas recibían una pequeña remuneración de los representantes de los alumnos.

en el caso de Sandalio Gómez su método de enseñanza fue reconocido por el gobierno nacional como una de las mejores, por lo cual le recomienda al Concejo Municipal de la época asignarle una subvención mensual de 20 pesos, como estimulo a la honesta función de este maestro de generaciones.

Primer médico profesional

Por decisión del presidente José María Vargas, fue enviado a Barcelona como medico el doctor Nicanor Bolet Peraza, quien contaba 25 años cuando arribo a estas tierras. Bolet Peraza, egresado de la universidad de Caracas como médico cirujano, el 16 de junio de 1839, ejerció durante 25 años su profesión, Bolet Peraza se convirtió en el primer medico que de manera profesional se dedicó a combatir las enfermedades que diezmaron a nuestra ciudad capital, especialmente el cólera morbo que hizo su aparición en 1846. Junto con don Pedro Castillo, Bolet Peraza fundó en 1842, el gran Colegio Nacional de Barcelona, que posteriormente seria conocido como liceo Cagigal.