Desde
épocas de la propia colonia hasta mediados de los años 40, era costumbre que en
la plaza Boyacá de Barcelona, las personas adineradas en sus paseos no se
reunían con el común de la población.
Las
familias poderosas tenían reservadas las caminerías centrales, mientras que los
que no reunían las condiciones de la ciudad mantuana, solo hacían uso de las
aceras adyacentes a la plaza mayor.
Este
hecho ocurría comúnmente los días domingo, durante la retreta ofrecida por la
Banda Marcial del estado Anzoátegui. Para cumplir con esta norma la plaza
Boyacá, durante mucho tiempo, estuvo enrejada para cumplir con esta tradición
impuesta por las autoridades españolas en época de los primeros conquistadores.
1 comentario:
Interesante
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