Para
finales del siglo 18, Barcelona era una ciudad tranquila. La Iglesia San
Cristóbal se había terminado de construir, incluyendo la plaza Mayor. Alrededor
de ella se encuentra la casa del Ayuntamiento. Asimismo, las casas de las
familias García de Urbaneja y Freites de Guevara, ubicadas en la calle San
Cristóbal (hoy Juncal). En la calle Santa Eulalia (Bolívar), haciendo esquina
con la calle San Carlos, la residencia de Doña Ana Celerina Castro de Martínez
de Campo. Allí, en el oratorio que había mandado a construir, las misas eran
celebradas por el sacerdote Fernando del Bastardo y Loayza, quien era primo de
doña Ana Celerina. También en la calle Santa Eulalia estuvo ubicada la casa de
Pedro Lavié y su esposa Lucía Hernández. Allí posteriormente se construyó la
sede del Banco de Venezuela. En la residencia de Lavié se hospedaron Humboldt y
Bompland en 1800. También estuvo escondido José María España, luego del fracaso
revolucionario de La Guaira en 1797. En la calle Santa Teresa residía el Padre
del Bastardo y Loayza.
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