El 15 de octubre de 1814, el temible José Tomás Boves ofreció una fiesta en una casa ubicada en la calle Santa Eulalia conocida hoy como Bolívar, a cuadra y media del puente Urpí.
La residencia, propiedad de Nieves Polo, madre de la esposa del General Pedro María Freites, sirvió de residencia al terrible asturiano, y sitio donde el Urogallo mandó a masacrar, bajo la degollina a 48 patriotas barceloneses, incluyendo a los músicos, quienes luego fueron lanzados a las aguas del rio Neverí y sus cabezas expuestas en las garitas del puente.
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