En este espacio se encontraba el muelle, por donde bajaban los esclavos que serían vendidos en la plaza Mayor (Boyacá). Por su cercanía al río Neverí, el callejón Gato Negro sirvió también para que las familias Freites, Urbaneja y Monagas, entre otros sacaran su mercancía para embarcada en el Puerto del Río (Puente Boyacá), donde saldría por Maurica a las Antillas.
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