Ubicada
en la antigua calle Santa Eulalia (Bolívar), formó parte de las propiedades de
doña Celerina de Castro. En la parte contigua se encuentra el oratorio, donde
esta distinguida dama barcelonesa escuchaba misa.
El
12 de marzo de 1774, el Papa Clemente XIV concedió licencia para que se
realizaran estos oficiosos religiosos. Esta larga casa fue dividida, siendo un
construcción original desde la esquina de la calle San Carlos y la calle
Juncal.
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